martes, 23 de febrero de 2010

Tavascán y la Peülla

Hacía años que le debíamos una visita a Tavascán. Salimos de Barna después de pasar demasiado tiempo encerrados en la Cerdanya. Un par de escapadas a principios de temporada a Arcalís y disfrutar del Cataperdis, Creussans y Tristaina saben a muy poco, así que tocaba perderse en el Pallars. Nos despertamos en a Pleta del Prat con unas condiciones que auguraban un gran día, y así fué.


Stairway to heaven
Nubes y claros se alternaban bajo una intensa nevada, abriendo ante nuestros ojos un sinfín de posibilidades haciendo varias diagonales hacia el bosque bajo el Tuc la Cima o los canales de la cara sur.


Mucho mejor con amigos, ¡no lo dudes!




A última hora de la tarde subí con Albert hacia el Coll de la Cima buscando algo más de desnivel. Imposible resistir sobre el collado. Viento racheado y un espejo bajo nuestros pies, aún así pudimos carenear hasta encontrar una buena línea para bajar. Eran las 4 de la tarde cuando llegábamos al refu con una sonrisa de palmo, tres cervezas por favor!

Nos fuímos al sobre con la idea de levantarnos por la mañana y subir diréctamente al Coll, pero todo se truncó después de una averia en la silla que hizo imposible abrir la estación el domingo. Con un bajón bastante considerable nos planteamos subir desde la Pleta pero teníamos unas expectativas demasiado buenas y el engorile era máximo como para no aprovechar todo lo que había caído. ¿Bonaigua? Vamos!

A las 11:00 nos plantamos en el parking de Peulla. Vistazo a la montaña, cuatro líneas mal contadas y ojos como platos. No me he cambiado más rápido en mi vida.




Exprimiendo Peulla
Con el trabajo hecho nos movimos hacia Manaud y Argulls. Muchísima ilusión volver a Baqueira después de tantos años. ¡Nos volveremos a ver en breve!


1 comentario:

Berni dijo...

Maco nano, que no pari la tempo