viernes, 4 de mayo de 2012

Oberland

Después de un par de horas  de coche llegamos a Fiesch donde buscamos un bar para desayunar. Parece que tampoco lo vamos a tener nada fácil en el Oberland. El teleférico que sube desde Fiesch  esta cerrado, así que nos va a tocar subir desde Bettmeralp añadiéndole un poco más de épica a la aproximación al Konkordia Hütte (2850m.). Subimos con el teleférico que nos deja en Bettmeralp 1950, montamos pieles y buscamos el collado por el que bajaremos hasta el Aletsgletscher. La meteorología tampoco nos va a echar una mano y una lluvia muy fina nos acompaña durante todo el ascenso. El Aletscgletscher es el glaciar más grande de los Alpes con una longitud de 23 km. y 120 km2 descendiendo desde el macizo sur del Jungfrau y dividido en tres grandes lenguas que confluyen en la Konkordiaplatz. Con estos números, la paliza está más que asegurada. La aproximación se hace lenta y pesada. La niebla gana terreno y la nieve empieza a caer con fuerza sobre los 2200 metros. Según vamos subiendo la niebla cada vez se hace más y más espesa hasta el punto de no tener nada como referencia. Después de siete horas creemos haber llegado a la roca desde donde salen las escaleras que suben hasta el refu. Una mirada rápida al GPS nos pone sobre el camino. Son casi las seis de la tarde, el hambre aprieta y estamos bastante calados. Un pequeño rodeo, nos pone a pie de escaleras. Faltan los últimos 100 metros verticales sobre una escalera metálica que zigzaguea hasta el refugio. La primera sensación cuando entras en el Konkordia es la de por donde saldrá el botones. Todo un lujo de refugio a casi 3000 metros.  Después de poner todo a secar, los rayos de sol que entran a través de las ventanas hacen que salgamos al balcón donde disfrutamos de un precioso atardecer. ¡Toda una recompensa! Cena a base de crema, ensalada, pasta con verduras y pastel de chocolate y para el sobre con la esperanza de tener una ventana de buen tiempo para el día siguiente.

Al mal tiempo, buena cara. Inicio de la travesía glaciar. Foto: Joan Molluna
Aletsgletscher
Konkordia Hütte (2850m.)


Atardecer en la Konkordiaplatz
Suena el despertador a las 5:00am. El primer vistazo por la ventana nos enseña el cielo estrellado. Parece que la meteo nos da una tregua hasta el mediodía, así que no hay tiempo que perder, desayuno rápido y para abajo. Con el objetivo del Gross Grünhorn (4044m.) , abrimos traza sobre unos 20 centímetros de polvo por el glaciar de Grüneggfirn, alcanzando el collado del Grünnegorn a unos 3700 metros en algo más de tres horas. El viento nos recibe con fuerza una vez superamos el collado y las nubes que entran de sur no auguran nada bueno. Desistimos seguir hasta el Gross Grünhorn y nos centramos en el Grünneghorn (3860m) buscando la arista cimera. A 50 metros de ella, tenemos que abandonar. Las nubes nos han atrapado y el viento nos nos permite avanzar con seguridad. Nos preparamos para el descenso y llegamos hasta el collado de nuevo donde  el Grüneggfirn se abre ante nosotros regalandonos un descenso de 1000 metros sobre polvazo hasta la base del Konkordia Hütte. Son las 12:00 pm y decidimos seguir hasta Bettmeralp. Deslizamos de nuevo sobre el Aletsgletcher hasta el collado que sube a Fiesch. La bajada por el glaciar se me hace especialmente dura y llego bastante tocado a las cotas altas de Fiesch, donde trazamos largas diagonales para llegar hasta el dominio de Bettmeralp. Las nubes de sur nos envuelven y la nieve cae con fuerza. Se está haciendo realmente duro. Después de unos 1700 metros positivos, 20 kilómetros y unas diez horas llegamos al reenvio del teleférico que nos bajará hasta el valle. 

Amanecer desde el Konkordia Hütte
Primeras luces del día sobre el Jungfrau

Grüneggfirn
Huella. Foto: Joan Molluna
Foto: Pau Gómez

Collado del Grünegghorn y Konkordiaplatz. Foto: Pau Gómez
Collado del Grüneggorn. Foto: Pau Gómez
Bettmeralp
Buscamos alojamiento en el Sport-Und Feriencenter de Fiesch donde llegamos a tiempo para conseguir una habitación, y sobretodo, para una buena ducha antes de ir a cenar. Vuelta a Barcelona con la sensación de haber hecho todo lo posible por llevarnos algo de esta estancia en los Alpes, y al final, lo hemos conseguido. No han pasado ni tres días de la vuelta y ya pienso en volver lo más pronto posible. Desde aquí dar las gracias a Pau Gómez de Dablam Esports por llevarnos siempre un poco más allá. Salut!


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